Description
Ganador del Premio Elsa Morante. Una historia de condena y salvación que indaga en las grietas más oscuras y profundas del alma para llenarlas de compasión, vida y luz. «Puede que ahora te parezca imposible, pero te aseguro que todo pasa. Y, si no pasa, cambia.» El único camino para llegar a Sassaia, un minúsculo pueblo enclavado en las montañas, es una empinada carretera de tierra escondida entre los árboles. De allí aparece un día Emilia, pelirroja y con el pelo encrespado, con treinta años y una adolescencia perdida, vistiendo unas botas moradas y una chaqueta verde fluorescente. Desde la casa de al lado, Bruno asiste a su llegada como quien asiste a una invasión. La mujer tiene acento «extranjero» y un montón de bolsas y maletas: ¿qué hace allí arriba, lejos del resto del mundo Cuando por fin se encuentran, cada uno con su propia soledad, en los ojos de Emilia —«desprovistos de luz, como dos estrellas muertas»— Bruno percibe un abismo similar al suyo, pero de signo opuesto. Ambos han conocido el mal: él porque lo ha sufrido, ella porque lo ha consumado; un mal irreparable, por muchos años que haya pasado en la cárcel… Sassaia es el punto de fuga, la única solución para escapar de un futuro en el que ambos han dejado de creer. Pero el futuro llega y sigue sus propias leyes: seas culpable o inocente, víctima o verdugo, el tiempo pasa y nos revela que todos somos infinitamente frágiles, fatalmente humanos.
Vincitore del Premio Elsa Morante. Una storia di dannazione e salvezza che scava negli anfratti più oscuri e profondi dell’anima per riempirli di compassione, vita e luce. “Ora ti sembrerà impossibile, ma ti assicuro che tutto passa. E se non passa, cambia.” L’unico modo per raggiungere Sassaia, un piccolo villaggio incastonato tra le montagne, è una ripida strada sterrata nascosta tra gli alberi. Da lì, un giorno, appare Emilia, capelli rossi e crespi, trent’anni e un’adolescenza perduta, con stivali viola e una giacca verde fluorescente. Dalla casa accanto, Bruno osserva il suo arrivo come se assistesse a un’invasione. La donna ha un accento “straniero” e porta con sé un sacco di borse e valigie: cosa ci fa lassù, lontana dal resto del mondo? Quando finalmente si incontrano, ognuno con la propria solitudine, negli occhi di Emilia – “privi di luce, come due stelle morte” – Bruno percepisce un abisso simile al suo, ma di segno opposto. Entrambi hanno conosciuto il male: lui perché lo ha subito, lei perché lo ha consumato; un male irreparabile, non importa quanti anni abbia trascorso in prigione… Sassaia è il punto di fuga, l’unica soluzione per sfuggire a un futuro in cui entrambi hanno smesso di credere. Ma il futuro arriva e segue le sue leggi: che si sia colpevoli o innocenti, vittime o carnefici, il tempo passa e ci rivela che siamo tutti infinitamente fragili, fatalmente umani.